Un artículo de Scientific American alerta sobre cómo las temperaturas extremas afectan el bienestar psicológico y aumentan riesgos en poblaciones vulnerables.
Resumen preparado por Darren Huertas Rodríguez.
Este artículo, escrito por Madhusree Mukerjee para Scientific American, analiza los pronósticos de calor en el clima de los próximos cinco años y cómo estos pueden impactar no solo el cuerpo, sino también la mente.
Las olas de calor no solo son la principal causa de muertes relacionadas con el clima en los Estados Unidos. Un estudio publicado en Current Environmental Health Reports señala que no estamos preparados para reconocer y tratar los efectos de las altas temperaturas prolongadas sobre la salud mental.
La exhaustión por calor presenta síntomas como debilidad, mareos, dolores de cabeza y, en casos extremos, golpes de calor que pueden provocar delirios y pérdida de consciencia. Muchas personas que sobreviven a un golpe de calor desarrollan complicaciones neurológicas.
La exposición prolongada a temperaturas extremas también aumenta el riesgo de suicidio, empeora los síntomas de esquizofrenia, epilepsia, ansiedad, depresión y trastornos por uso de sustancias, además de impactar negativamente el sueño y generar emociones como miedo o enojo.
El consumo de alcohol, drogas recreativas y medicamentos como antidepresivos, tranquilizantes y antipsicóticos puede elevar aún más el riesgo de complicaciones relacionadas con la salud mental durante episodios de calor.
Los grupos más vulnerables incluyen personas con trastornos de salud mental preexistentes, niños, adultos mayores, personas sin acceso a aire acondicionado y trabajadores al aire libre.
El artículo concluye que es necesario apoyar a estas comunidades creando campañas de concienciación, estableciendo refugios comunitarios fríos y monitoreando más de cerca a pacientes de salud mental durante las olas de calor.
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