
El pasado 5 de Abril, la policía demostró, una vez más, no estar cualificada ni equipada para afrontar las discapacidades, la angustia emocional o las crisis. Esta vez su víctima fue Victor Pérez, un adolescente puertorriqueño residente en Idaho. El adolescente autista y con parálisis cerebral fue baleado nueve veces por la policía y fue declarado con muerte cerebral en el hospital. Su familia cuenta, que el joven agarró un cuchillo en medio de un BBQ familiar y un vecino llamó a la policía. Al estos llegar, entraron sin hacer preguntas o tomarse tiempo para analizar la situación, simplemente dispararon. No hicieron ningún intento de reducir la tensión ni de usar otras formas de aprensión.
Los policías quienes estaban separados de Victor por una verja metálica, reduciendo el argumento de riesgo inmediato para la policía. Le dispararon 12 segundos después de bajarse de sus patrullas.
Al llegar, Victor se encontraba en el piso con el cuchillo en mano. Al ordenarle a gritos que soltara el cuchillo, Victor se levantó y comenzó a caminar con paso pesado hacia ellos. Su hermana gritaba antes que no le disparan, que era “especial”. En imágenes capturadas del video, la escena parece como de fusilamiento con cuatro policías apuntandole armas de alto poder.
El vecino que llamó a la policía para apoyar a reducir la tensión de la situación le declaró a CBS News “De niño, siempre pensé que la policía era alguien a quien llamar cuando se necesitaba ayuda, alguien que acudía para calmar la situación. Y esta vez, me siento como si hubiera llamado a un pelotón de fusilamiento”
La policía matá, abusa, trauma y hiere a quienes experimentan angustia emocional y a sus seres queridos. Esto no es solo un problema que ocurre en Estados Unidos, sino que en Puerto Rico también.

En datos presentados por Kilómetro 0 en Diciembre, 2024 entre los años 2016-2022 se suman a un total de 4,494 los incidentes de uso de fuerza por la policía. Se registró que el 18% de estos casos de uso de fuerza están relacionados con intervenciones debido a crisis emocional. De hecho, si lo miramos semanalmente esto significa que la policía interviene con 2 o más personas en crisis emocional cada semana. Además, cuando se adentran más en los datos para mirar los tipos de fuerza, encontraron que se usaron gases químicos, amenaza de uso de fuerza, fuerza física, apuntar un arma de fuego, disparar un arma de fuego y dispositivo de carga eléctrica. En vista a esto y regresando a la data en la oración anterior, de esas dos personas con quienes la policía interviene semanalmente, al menos una va a recibir un disparo de dispositivo de carga eléctrica. En la mayoría de estos informes no se documentó ninguna intervención psicosocial o intentos de reducción de la crisis emocional o reducir la tensión. Más allá, cuando se desagrega la data, pudieron ver que el uso de la fuerza era más común con personas racializadas y pobres, hablando brevemente de como la pobreza se relaciona con la salud mental. Aun así, la policía ponía en sus informes que el uso de la fuerza en todos estos casos era justificado.
Es importante reconocer que en Puerto Rico no hay alternativas y muches de nuestres colegas, familiares y conocides recurren a la policía como único recurso para atender una crisis emocional. Esto es un problema de por sí y por eso, espacios y labores como los de Kilómetro 0 son de suma importancia. Kilometro 0 viene con una propuesta tangible y que ha rendido frutos positivos en diferentes ciudades de Estados Unidos, la de sistemas comunitarios. En el área metropolitana de Eugene-Springfield se implementó un programa de asistencia ayudando en las calles que se llama CAHOOTS, ofreciendo intervención móvil en crisis 24/7. CAHOOTS proporciona estabilización inmediata en caso de necesidad médica urgente o crisis psicológica, además de evaluación, información, referencias, defensa y, en algunos casos, transporte al siguiente paso en el tratamiento. Elles. CAHOOTS le ahorró a la ciudad de Eugene, Oregon, 8.5 millones de dólares en CADA AÑO entre 2014-2017. Desde que se inauguró el programa hasta el 2019, de 24,000 llamadas atendidas, solo 150 han resultado en la necesidad de involucrar a la policía. En la ciudad de Denver se ha implementado también este sistema con el equipo de STAR.
En el programa de STAR se hizo un periodo de prueba de 6 meses, de 750 llamadas hechas al 911 por alguna dificultad de salud mental, 0 resultaron en necesidad de presencia policiaca. Ninguna llamada resultó en arrestos, encarcelamiento o encuentros violentos.
Este tipo de sistema comunitario se puede implementar de forma rápida y ofrece una solución sustentable para responder a las personas que atraviesan una crisis emocional y a sus allegades.
Si estos datos nos demuestran algo, es que la policía no está apta para manejar casos como estos, aun cuando reciben entrenamientos para hacerlo. Esto es un asunto de vida o muerte para muchas personas. Como lo fue para Victor Pérez.

Laura López-Aybar es una sobreviviente de violencia psiquiátrica, intrafamiliar y de género. Posee un doctorado en psicología clínica de Adelphi University en Nueva York y hace investigación multi métodos en determinantes sociales de la salud emocional, primordialmente estigma, discriminación, violencia de género y cambio climático. Aboga abiertamente por experiencia personal y empírica por la abolición y reforma de los sistemas carcelarios, incluyendo el sistema de salud mental desde la práctica de la psicología crítica. Pueden encontrar más de su trabajo en su página de Instagram @aybarpsicologiacritica.