El psiquiatra social Vincenzo Di Nicola argumenta que un compromiso honesto con el Sur Global podría transformar los supuestos y prácticas del Movimiento de Salud Mental Global (GMH, por sus siglas en inglés).
Por José Giovanni Luiggi-Hernández, PhD
El psiquiatra Vincenzo Di Nicola publicó recientemente un artículo en el que revisa la manera en que el mundo occidental aborda las intervenciones en salud mental. Sostiene que los campos de la psiquiatría y la psicología han ignorado los conocimientos y prácticas del Sur Global, lo que ha llevado a suposiciones erróneas y tratamientos problemáticos. Di Nicola cuestiona los supuestos del Movimiento de Salud Mental Global (GMH) y presenta conceptos provenientes del Sur Global, como la convivialidad, la porosidad y el sincretismo, que podrían mejorar tanto las intervenciones locales como las de GMH.
Di Nicola plantea la siguiente pregunta: “¿Cómo podemos transformar las epistemologías del Norte, basadas en categorías y el neoliberalismo, hacia las nuevas epistemologías fluidas del Sur Global?”
“El reconocimiento adecuado de la injusticia y la posible superación de la opresión solo pueden lograrse mediante una ruptura epistemológica… con una comprensión occidental del mundo como universal, en oposición a una visión local y particular.”

El Sur Global
Por “Sur Global,” el autor no solo se refiere al hemisferio sur, sino también a los llamados “países del Tercer Mundo” (en oposición al “Mundo Desarrollado”), a los cambios poblacionales globales de áreas rurales a urbanas junto con otras tendencias migratorias, a los grupos históricamente excluidos y a las prácticas que fomentan la conciencia política. Antes de los movimientos “Black is Beautiful” y “Black Lives Matter” en Estados Unidos, los movimientos de “Negritud” y “Educación Crítica” en distintos países del Sur Global promovieron la autoaceptación y la autocomprensión a través de la conciencia política, contrarrestando las narrativas racistas y clasistas.
Ivan Illich desarrolló el concepto de convivialidad, que cuestionaba la noción occidental de individualidad, afirmando que “la libertad individual [se] realiza en la interdependencia personal”. Profesionales de la salud mental en el Sur Global han reconocido históricamente que las condiciones sociales, políticas y económicas (incluyendo el colonialismo y la esclavitud) desempeñan un papel central en los problemas de salud mental y el bienestar general. Como resultado, los programas en el Sur Global han trabajado en cambiar esas condiciones como parte de sus intervenciones en salud mental.
Globalización
El proceso de globalización supone una tendencia hacia la conexión internacional a través de la eliminación de barreras nacionales, integrando al mundo en una sola sociedad. Sin embargo, estas suposiciones no consideran que lo que se incorpora con mayor frecuencia son las costumbres y creencias occidentales del Norte Global.
Mientras que las tendencias de globalización buscan comprender los fenómenos como universales (es decir, que lo que se aplica en un contexto se puede aplicar en otro), es fundamental diferenciar entre lo global (o universal) y lo local (o regional).
Las críticas a la globalización también resaltan que las ideas naturalizadas de regulación económica, como el “mercado libre” y la “mano invisible”, no funcionan equitativamente, ya que las naciones del Sur Global enfrentan desigualdades de información, medios y recursos que las colocan en una posición de desventaja dentro de la economía global, a menudo como resultado del colonialismo.
Los esfuerzos humanitarios y los derechos humanos han sido las principales estrategias del Norte Global para abordar la desigualdad a nivel local y mundial, pero suelen quedarse en formas de justicia legal y participativa. No suelen proponer, por ejemplo, formas de justicia económica, distributiva y social.
De esta manera, las ideas sobre globalización y derechos humanos a menudo no abordan las dinámicas históricas, sociales, culturales y políticas que han creado y perpetuado la desigualdad global.
Sobre la Salud Mental Global
La Salud Mental Global, influenciada en su mayoría por el Norte Global, con frecuencia no incorpora perspectivas nuevas y, aun con buenas intenciones, no logra abordar adecuadamente los problemas que generan o influyen en los trastornos de salud mental. Estas prácticas de salud mental, desarrolladas a través de epistemologías exclusivamente del Norte, crean un punto ciego para profesionales e instituciones, obstaculizando las intervenciones sociales “incluso en países de altos ingresos”. Por esta razón, el autor escribe:
“Irónicamente, quiero invocar al conservador presidente estadounidense Reagan en su súplica al presidente soviético: ‘Sr. Gorbachov, derribe este muro’. Suplico a mis colegas del Norte y del Sur que derriben los muros de la institución y salgan a las calles de sus comunidades.”
“Este es un llamado a trabajar fuera de los espacios tradicionales como instituciones, clínicas y laboratorios, y a acercarse ‘a las personas mismas’ que podrían no tener acceso o confianza en estos espacios. También es una invitación a romper la barrera que impide que el conocimiento y las prácticas del Sur Global influyan en el Norte Global, lo cual mejoraría los esfuerzos de Salud Mental Global en ambos lados del planeta.”
Por ejemplo, en el Norte Global, los campos de la psicología y la psiquiatría se han centrado principalmente en la relación entre los factores biológicos, experienciales y de personalidad con el sufrimiento y la enfermedad mental. El Dr. Di Nicola nos invita a reflexionar sobre cómo podría ser diferente:
“…esto nos lleva a preguntarnos cómo podemos imaginar la noción más amplia de salud en relación con sus contextos económicos, sociales y políticos. Frente al biologismo y la neurociencia reduccionista en la salud mental, los determinantes sociales de la salud son factores más consolidados, duraderos y significativos para la salud, incluida la salud mental.”
La investigación en el Norte Global se ha centrado en la relación entre el cerebro y la salud mental, y en cómo las intervenciones neurobiológicas (incluidos los medicamentos psiquiátricos) pueden funcionar. En cambio, el Sur Global ha desarrollado intervenciones psicológicas y psicosociales desde la perspectiva de los determinantes sociales de la salud.
Desde una perspectiva del Sur Global, la salud no se conceptualiza como un rasgo individual, sino como una cualidad social y relacional. El Sur Global invita a la Salud Mental Global a trabajar de manera local y regional, en lugar de exclusivamente global o universal. También la invita a atender los problemas sociales y comunitarios utilizando el conocimiento generado por los grupos que han luchado “contra las injusticias y opresiones sistémicas… causadas por el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado.”
El autor destaca los conceptos emergentes de convivialidad, sincretismo y porosidad como fundamentales para la Salud Mental Global. Como se mencionó anteriormente, la convivialidad implica que la salud individual y colectiva son interdependientes. El sincretismo “es la práctica simultánea de diferentes tradiciones religiosas, como el catolicismo y el candomblé afrobrasileño, para crear nuevas síntesis de creencias y prácticas”, ejemplificando cómo el Sur integra con mayor facilidad la pluralidad de ideas y creencias. Finalmente, la porosidad sugiere la fluidez de las culturas, fomentando la disolución de categorías rígidas como la medicina y la política.
Esta fluidez permite creatividad y espontaneidad para el desarrollo de nuevas prácticas de salud mental global específicas a cada contexto, en lugar de formas institucionalizadas y tradicionales de intervención. A medida que la Salud Mental Global cambia, también debe repensar lo que significa el cambio. Mientras que las nociones del Norte tienden a concebir el cambio de manera lineal y jerárquica (a menudo en relación con el desarrollo económico), el concepto de cambio en el Sur se basa en la capacidad de transformarse ante nuevos desafíos y circunstancias.
Estas sugerencias son esenciales para que los profesionales e instituciones de Salud Mental Global incluyan el Sur Global en el mundo en constante globalización. Además, beneficiarían tanto las intervenciones locales como las globales en salud mental al incentivar la búsqueda de soluciones creativas y la resolución de problemas que han quedado sin abordar.
Pensar tanto de manera global como local, universal y contextual, permitiría que las intervenciones de la Salud Mental Global sirvan mejor a diferentes regiones, abordando los problemas globales que afectan áreas geográficas específicas, mientras se comprenden los desafíos particulares de cada contexto. La Salud Mental Global debe intervenir en los determinantes sociopolíticos y socioeconómicos de la salud mental a través de intervenciones sociales, desafiando el enfoque individualista del Norte.
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Di Nicola, V. (2020). The Global South: An Emergent Epistemology for Social Psychiatry. World Social Psychiatry, 2, 20-26 (Link)