La coerción no es cuidado.
Jordyn Jensen, en un artículo de opinión recientemente publicado en The Guardian, condena y expone cómo las medidas que se están proponiendo y que están cobrando auge acerca de la salud mental son coercitivas y dañinas. En el estado de Nueva York se están flexibilizando los requisitos para hospitalizar a las personas de forma involuntaria, efectivamente patologizando la pobreza. Con eso, Jensen se refiere a cómo estas nuevas políticas colocan el encarcelamiento psiquiátrico como medida para “ayudar” a las personas que no pueden cuidar de sí mismas por una llamada “enfermedad de salud mental”. Igualmente, el Secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., ha propuesto crear “fincas de bienestar”, que no son otra cosa que cárceles psiquiátricas.
Jordyn expone, con hallazgos empíricos y evidencia, el daño que estas medidas tienen en las personas. En vez de cambiar los paradigmas a unos de prevención, cuidado comunitario y reducción de daños, estamos regresando a los manicomios.
