En este reciente reportaje investigativo realizado por Alexandra Roach para The Epoch Times, se hace referencia a que los medicamentos psiquiátricos se están recetando como si las personas fueran parte de una línea de producción. El reportaje se refiere específicamente a las benzodiacepinas y cómo estas se recetan de forma irresponsable, sin informar de los efectos secundarios como la dependencia y el desarrollo de tolerancia, necesitando cada vez mayor cantidad, lo cual lleva a peores efectos secundarios. Además, el proceso de retirada de las benzodiacepinas puede ser complicado y tomar años. Lo más notable de todo es que estas se están utilizando como tratamiento a largo plazo, aunque solo están indicadas para uso de muy corto plazo, usualmente solo de semanas.
No solo esto, sino que las benzodiacepinas muchas veces no se recetan solas y, al ser combinadas con otros medicamentos psiquiátricos, aumenta aún más el riesgo de experimentar efectos secundarios o de tener una sobredosis. Esto ocurre cuando se combinan con otros medicamentos que también deprimen el sistema nervioso y respiratorio. Por otro lado, muchas veces los proveedores interpretan los efectos secundarios de las benzodiacepinas como evidencia de que hay otras dificultades conductuales, perceptivas, cognitivas o de bienestar emocional en general. Esto lleva a que se combinen medicamentos, en vez de atender los efectos secundarios como lo que son. Estos incluyen aumento en ansiedad, suicidismo, temblores, náuseas, dificultades gastrointestinales, entre otros.
Los efectos de dependencia de estos medicamentos ocurren rápidamente, con personas que solo los tomaron por 8 semanas tardando hasta dos años en dejarlos sin el peso de los efectos secundarios. Además, estos, al igual que los antidepresivos, desde el 2020 tienen una advertencia de “black box” por parte de la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA): “los graves riesgos de abuso, adicción, dependencia física y reacciones de retirada”.
Por estas razones, les proveedores conscientes, recomiendan que las personas puedan tratar a las personas desde un enfoquele de recuperación y compasivo, no uno biomédico.
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