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La Hospitalización Psiquiátrica Involuntaria Está Vinculada a Numerosos Daños

Una revisión exhaustiva revela daños generalizados y solo un beneficio dudoso de la hospitalización psiquiátrica forzada.

Reportado originalmente por Richard Sears para Mad in America.

Una nueva revisión publicada en Psychiatry, Psychology, and Law concluye que la hospitalización psiquiátrica involuntaria conlleva numerosos daños y un posible beneficio.

Los múltiples daños incluyen coerción, sobremedicación, mayor riesgo de suicidio y muerte, menor satisfacción con la atención, mayores costos de tratamiento y estancias hospitalarias más prolongadas.

El único beneficio posible identificado en el trabajo actual, dirigido por Amy Corderoy de la Universidad de South Wales en Australia, fue una mejora en el funcionamiento y una reducción de los síntomas. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones que examinaron síntomas y funcionamiento encontraron que el ingreso involuntario no se asociaba con mejores resultados en comparación con el ingreso voluntario. Las autoras también señalan que los mejores resultados clínicos del tratamiento involuntario observados en dos estudios podrían deberse a prácticas coercitivas y a que los síntomas graves disminuyeron por sí solos.

Aunque el trabajo actual se tituló Los beneficios y daños del tratamiento psiquiátrico involuntario en hospitalización: una revisión exploratoria, las autoras solo pudieron identificar un beneficio dudoso. La revisión también excluyó estudios cualitativos sobre hospitalización psiquiátrica involuntaria, que tienden a mostrar daños más extensos que los estudios cuantitativos pueden pasar por alto. Esto significa que incluso cuando la investigación sobre hospitalizaciones involuntarias se adapta para excluir los peores daños —y posiblemente sobrestimar el único posible beneficio como “beneficios”— los daños de esta práctica superan con creces el “beneficio”.

Las autoras escriben:

“Esta revisión exploratoria de los beneficios y daños del ingreso psiquiátrico involuntario ha encontrado resultados mixtos dependiendo del resultado examinado y de si las personas encuestadas son personas con enfermedad mental o sus familias o cuidadores. El ingreso involuntario puede conducir a una mejora significativa en los síntomas de la enfermedad mental y en el funcionamiento en la comunidad, lo cual a veces puede superar lo observado en controles voluntarios. Esto puede deberse a que las personas admitidas involuntariamente presentaban un funcionamiento más pobre y síntomas más graves al ingreso, y por tanto se beneficiaban en mayor medida que las personas admitidas voluntariamente como resultado de la regresión a la media. Otra explicación es que cualquier efecto negativo del ingreso involuntario puede estar relacionado con la coerción experimentada… Sin embargo, esta revisión ha encontrado que el ingreso involuntario puede, por sí solo, estar asociado con una serie de daños.”

El objetivo del trabajo fue examinar los efectos del tratamiento psiquiátrico involuntario. Las autoras utilizaron una revisión exploratoria para encontrar investigaciones previas sobre el tema y consolidarlas en un solo lugar, identificando conceptos clave y evidencia. Utilizaron los siguientes términos de búsqueda en bases de datos en línea:

  • involuntar*
  • coerc*
  • compulsor*
  • admissions
  • detention
  • commit*
  • treatment
  • psychiatr*
  • mental*

Para ser incluidos en la revisión, los estudios debían reportar datos cuantitativos sobre personas que recibieron tratamiento psiquiátrico hospitalario contra su voluntad, en comparación con un grupo que no tuvo esta experiencia. Este grupo de comparación era, en la mayoría de los casos, personas admitidas voluntariamente para tratamiento hospitalario. Se excluyeron los estudios que solo informaban datos cualitativos, los que no tenían grupo de comparación, o aquellos que examinaban principalmente a personas diagnosticadas con anorexia nerviosa o trastornos por uso de sustancias. También se excluyeron revisiones sistemáticas y metaanálisis.


“Beneficios” del Tratamiento Involuntario

De los 10 temas identificados por las autoras, solo dos apuntaban a algún posible beneficio del tratamiento involuntario, y solo uno fue mencionado como beneficio por las autoras. El tema “efectos clínicos medidos mediante escalas de resultados” mostró alguna evidencia de que el tratamiento involuntario podría conducir a una reducción más significativa de los síntomas y a una mejora del funcionamiento. Sin embargo, de los nueve estudios que examinaban síntomas y funcionamiento en personas tratadas contra su voluntad, solo dos encontraron que el tratamiento involuntario tuvo mejores resultados clínicos que el tratamiento voluntario. Los otros siete estudios no encontraron diferencias significativas entre el tratamiento voluntario e involuntario en términos de resultados clínicos.

Las autoras también señalan que la mayor mejora de los síntomas y el funcionamiento podría tener dos explicaciones posibles distintas de ser un beneficio del tratamiento involuntario. Las personas que reciben tratamiento psiquiátrico forzado suelen mostrar síntomas más graves que aquellas que reciben tratamiento voluntario. La mejora observada en 2 de los 9 estudios podría ser una regresión a la media en lugar de un efecto del tratamiento involuntario. Las mejoras en los resultados clínicos también podrían estar relacionadas con prácticas coercitivas impuestas en entornos involuntarios.

Uno de los 13 estudios incluidos sobre “suicidio y muerte” encontró que el tratamiento involuntario redujo el riesgo de suicidio. Sin embargo, seis estudios encontraron que el tratamiento involuntario aumentó el riesgo de suicidio, y uno encontró que aumentó el riesgo de muerte no relacionada con suicidio. Cinco estudios encontraron que el ingreso involuntario no afectó el riesgo de suicidio.


Daños del Tratamiento Involuntario

Ocho de los diez temas identificados por las autoras trataron casi exclusivamente sobre los daños del tratamiento involuntario. La mayoría de los datos revelaron que el tratamiento involuntario o bien perjudicaba a las personas o no mostraba ningún beneficio frente al tratamiento voluntario. Los dos temas que apuntaban a un posible beneficio —“efectos clínicos medidos mediante escalas de resultados” y “suicidio y muerte”— también incluían daños.


Conocimiento del Estatus Legal por Parte de la Persona Paciente

Las personas que recibían tratamiento involuntario a menudo no sabían cuáles eran sus derechos ni su estatus legal. Entre el 12 % y el 45 % de las personas tratadas involuntariamente no conocían su estatus legal, según los datos de los estudios incluidos. Las autoras señalan que muchas personas tratadas voluntariamente también estaban confundidas sobre su estatus legal. Según el trabajo actual, entre el 1 % y el 12 % de las personas tratadas voluntariamente no podían indicar correctamente su estatus legal. Datos de Nueva Gales del Sur, Australia, indicaron que el 3.8 % de los registros hospitalarios no incluían información sobre estatus legal.


Coerción Percibida o Experimentada

No sorprende que el tratamiento involuntario estuviera asociado con un aumento en las experiencias y percepciones de coerción. Esto incluyó medidas objetivas como aislamiento, sujeción y tratamiento forzado, así como medidas subjetivas como falta de agencia y presión para tomar decisiones específicas. Las personas tratadas involuntariamente a menudo percibían su tratamiento como injusto. El tratamiento involuntario y la coerción percibida también se asociaron con una menor participación en el cuidado. Las autoras señalan que las familias de las personas tratadas involuntariamente no percibían la coerción en la misma medida que quienes fueron forzados a recibir tratamiento.


Efectos Sobre el Uso de Medicamentos

Dos estudios incluidos en la revisión encontraron que el tratamiento involuntario estaba asociado con un uso menos seguro de medicación psicotrópica a corto plazo. Uno de ellos encontró que las personas tratadas involuntariamente tenían un riesgo nueve veces mayor de recibir múltiples antipsicóticos al mismo tiempo, a pesar del aumento en los efectos adversos y del riesgo de muerte, y de la falta de beneficios asociados con estas prácticas. Otro estudio encontró que el tratamiento involuntario se asociaba con una menor adherencia a la medicación cinco años después del ingreso. Dos estudios no encontraron vínculos entre el tratamiento/coerción involuntarios y la adherencia a la medicación.


Efectos Clínicos Medidos en Escalas de Resultado

Tres estudios reportaron que el tratamiento involuntario estaba vinculado con una menor comprensión de la “enfermedad” y con una relación clínica deteriorada. Se observaron síntomas de TEPT tanto tras tratamientos voluntarios como involuntarios. Cuatro estudios no hallaron diferencias en los síntomas de TEPT entre personas tratadas voluntaria o involuntariamente. Un estudio encontró que las personas tratadas contra su voluntad tenían más probabilidades de reportar trauma relacionado con la admisión que aquellas tratadas voluntariamente.


Reingreso

Once estudios encontraron que el reingreso general (voluntario e involuntario) a instituciones psiquiátricas era más probable tras un tratamiento involuntario. Las autoras señalan que la mayoría de estos estudios no controlaron la gravedad de los síntomas, lo cual probablemente influye en las tasas de reingreso. Además, cinco estudios hallaron que el ingreso involuntario era más probable tras un tratamiento previo también involuntario. Dos estudios informaron que el reingreso no era mayor después del tratamiento involuntario.


Uso de Sujeciones e Aislamiento

Catorce estudios hallaron que las personas admitidas involuntariamente tenían más probabilidades de ser sujetadas o aisladas en comparación con quienes recibieron tratamiento voluntario, a pesar de que el uso de sujeciones y la coerción se asocian con malos resultados, incluido un mayor riesgo de muerte.


Suicidio y Muerte

Cinco estudios encontraron que el tratamiento involuntario aumentaba el riesgo de suicidio. Un estudio halló que el riesgo de conducta suicida aumentaba después de que se rescindían las órdenes de tratamiento involuntario. Además, un estudio encontró que el tratamiento involuntario se asociaba con un mayor riesgo de muerte no relacionada con suicidio. Cinco estudios no hallaron diferencias en el riesgo de suicidio entre personas admitidas involuntariamente y voluntariamente. Solo un estudio vinculó el ingreso involuntario con una reducción del riesgo de suicidio.


Satisfacción con la Atención

Trece estudios encontraron que las personas tratadas contra su voluntad estaban menos satisfechas con su atención. Cuatro estudios hallaron que el tratamiento involuntario no afectaba negativamente la satisfacción. Un estudio encontró que, aunque la satisfacción era inicialmente menor entre las personas tratadas involuntariamente, después del alta la satisfacción era similar entre ambos grupos.


Duración de la Estancia

Siete estudios hallaron que la duración de la hospitalización era mayor para las personas tratadas contra su voluntad. Un estudio halló que la duración era similar entre ingresos voluntarios e involuntarios. Las autoras señalan que las estancias más largas podrían estar relacionadas con diagnósticos más graves o demoras administrativas. Las estancias más largas también implican mayores costos.


Personas Cuidadoras

Dos estudios encontraron que el tratamiento involuntario estaba vinculado con una menor satisfacción de las personas cuidadoras. Un estudio encontró tasas similares de satisfacción entre cuidadoras de personas tratadas voluntaria e involuntariamente.


Limitaciones

Las autoras reconocen varias limitaciones del trabajo. La mayoría de los estudios usan muestras observacionales o de conveniencia, lo que significa que no se pueden controlar otras variables —además del tratamiento involuntario— que podrían influir en los resultados. Según las autoras, actualmente existen pocas alternativas reales al tratamiento involuntario. Esto hace que encontrar grupos comparadores adecuados sea difícil, complicando la medición de daños y beneficios.

Investigaciones previas han encontrado que la hospitalización psiquiátrica involuntaria a menudo resulta traumática. Un informe de Canadá concluyó que “un enfoque basado en evidencia muestra claramente que la dependencia del encierro, la fuerza y la coerción durante las últimas dos décadas no ha conducido a mejores resultados”. La hospitalización involuntaria probablemente aumenta el riesgo de suicidio y disuade a las personas jóvenes de buscar atención en salud mental. Aunque se supone que el internamiento forzado previene eventos adversos (como daños a uno mismo o a otros), un estudio halló que esos eventos no eran más frecuentes en los lugares con tasas bajas de hospitalización involuntaria. Un informe de la ONU afirmó que el tratamiento psiquiátrico involuntario “podría equivaler a tortura”.

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Corderoy, A. Kisely, S. Zirnsak, T. & Ryan, C. T. (2024): The benefits and harms of inpatient involuntary psychiatric treatment: a scoping review, Psychiatry, Psychology and Law. (Link)

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