En esta noticia escrita por Jon Stock para The Guardian, varias sobrevivientes de un hospital psiquiátrico relatan la tortura que vivieron adentro. Una de las sobrevivientes es la actriz inglesa famosa Celia Imrie, quien estuvo bajo el cuidado del Dr. William Sargant y fue hospitalizada a sus 14 años de edad. Las sobrevivientes, quienes eran mujeres, eran llevadas a un cuarto que llamaban el “sleep room” y ahí las mantenían sedadas con una combinación de narcóticos y terapia electroconvulsiva por meses. Solo las despertaban para darles comida y bañarlas.
Muchas sufrieron convulsiones por las “terapias” electroconvulsivas. Las sobrevivientes se cuestionan por qué fueron sometidas a tratamientos violentos sin su consentimiento. El psiquiatra en cuestión no era cuestionado por nadie en ese entonces y se escondía tras su título y años de experiencia para justificar estos abusos. Decía que, con la combinación de terapia del “sueño” y shocks eléctricos, se podía reprogramar el cerebro. Estos tratamientos se utilizaban para las hijas, ya que los padres las llevaban a tratamiento para corregir su compás moral.
La actriz cuenta que fue ingresada por anorexia y rápidamente medicada con una alta dosis de Largactil. Los efectos secundarios fueron casi inmediatos: se le caía el pelo, temblaba durante todo el día y tenía visión doble. Aunque su recolección de los eventos no es clara, 60 años después recuerda los olores y sonidos que escuchaba.
Otra sobreviviente cuenta de los efectos secundarios de las terapias de electroshock: por un tiempo perdió la capacidad de leer y su memoria dejó de ser la misma. Además, en una cita, ya cuando estaba fuera de la unidad residencial, el Dr. Sargant intentó agredirla sexualmente. Luego, al encontrárselo en la calle, le dijo que él era un monstruo, y a la persona que caminaba al lado le dijo: “Este hombre es un monstruo”.
Para leer la noticia completa, presiona aquí.
