21.2 C
Puerto Rico

Cuando El Sistema De Salud Ignora A Las Mujeres Y Sus Síntomas

Una historia sobre medicalización, misoginia médica y los riesgos invisibilizados de los tratamientos para la hyperemesis gravidarum.

Resumen preparado por Darren Huertas Rodríguez.

Este artículo, por Kate Aubusson para The Sydney Morning Herald, habla sobre la historia de Ella Rich, una madre que, al presentarse embarazada en un hospital regional con síntomas severos de un trastorno de movimiento, fue dada de alta con un diagnóstico de depresión. Ella llevaba meses con síntomas que le estaban causando angustia prolongada, como náuseas, vómitos frecuentes, movimientos descontrolados y repetitivos, espasmos musculares, mandíbula bloqueada, temblores, entre otros. A pesar de que tenía temor de que esto pudiera causarle daño a sus hijos o a ella misma, desde que llegó al hospital le tomó más de 10 semanas para que descubrieran que estos síntomas se debían a una reacción a los medicamentos para hyperemesis gravidarum que le habían recetado. Esta condición típicamente empieza después de las 16 semanas de embarazo, pero en vez de identificarla, les proveedores de servicio del hospital asumieron que los síntomas de Ella se debían a una sobredosis de otros medicamentos recetados.

Ella intentó expresar que el metoclopramide (medicamento genérico recetado para el HG) era la causa, pero, como en varios otros casos de misoginia médica, fue encerrada de forma involuntaria en la unidad de salud mental del hospital. Nunca fue advertida de los efectos secundarios de este medicamento ni de los varios medicamentos antipsicóticos, antidepresivos y ansiolíticos. Comoquiera, sus náuseas fueron tan debilitantes y frecuentes que, para expresar su estado de malestar, le dijo a sus proveedores de servicio que quería terminar su embarazo; pero, como es común, no creían en la severidad de su HG. Al comenzar el metoclopramide, Ella empezó a sentir temblores en la pierna, impedimentos en su habla y caída facial, por lo cual le dijeron que estaba teniendo un ataque de pánico y le recetaron un sedativo. Después de esto, se presentó varias veces en el hospital con síntomas similares y con ataques distónicos, y un proveedor de servicio indicó que debía ser por un sobreuso de sus medicamentos recetados, a pesar de que ella estaba tomando menos de su dosis recomendada.

Se ha reconocido que una de cada cien personas que toma metoclopramide (Reglan) puede experimentar estos síntomas, incluso cuando solo toman dosis bajas, en particular si lo están combinando con otros medicamentos. Ella fue diagnosticada con depresión, recetada con mirtazapina (Remeron; un antidepresivo y antiemético) y, cuando se quejó con su doctor, fue admitida a la unidad de salud mental por tres días y recetada un antipsicótico. Ella tuvo que mudarse con sus padres, por miedo a hacerle daño a sus dos hijas debido a sus movimientos distónicos. Sus síntomas eran tan alarmantes que ella sentía que quería morir. Una hora después de intentar agarrar una cuchilla, tuvo un incidente convulsivo y fue llevada en ambulancia para ser admitida de forma involuntaria bajo el Mental Health Act. Ninguno de les proveedores de servicio se fijó en que este era un episodio médico agudo y repetido.

Incluso cuando Ella reconoció sus síntomas en un artículo sobre la discinesia tardía inducida por metoclopramida, fue ignorada y deshumanizada. Ella estaba aterrorizada en el hospital psiquiátrico, siendo intimidada por les proveedores de servicio y atacada por otros pacientes masculinos. Luego, la culpa de su condición fue atribuida a una condición congénita en el cerebelo que Ella había desarrollado cuando era infante. No consideraron otras posibles causas, a pesar de que esa condición ya había sido documentada, y ahora tenía que quedarse en la unidad psiquiátrica por seis días más. Finalmente, su mamá llamó por segunda vez al programa REACH (un programa que permite escalar casos para los hospitales en NSW) y, luego de hablar con un coordinador atento, Ella fue transferida a la unidad voluntaria de salud mental.

Al otro día, su psiquiatra trató de excusar el comportamiento del hospital, diciéndole que si ella se hubiera causado daño cuando la dejaran salir, los trabajos de sus proveedores de servicio podrían haberse visto perjudicados. No consideraron cómo esto afectó a Ella y a su familia. No obstante, en agosto de 2024, el director de medicina de emergencia, psiquiatría y obstetricia del hospital se disculpó con Ella por varias de las fallas cometidas en su contra. Desafortunadamente, Ella no ha sido el primer caso de una mujer a la que se le niega cuidado médico, ni será la última, por lo que se recomienda que las mujeres se mantengan informadas sobre los efectos secundarios de los medicamentos y tratamientos que reciben. Además, se debe urgir que se desarrollen nuevos medicamentos que sean más seguros para condiciones tan debilitantes como esta.

Para leer el artículo completo presiona aquí.

Similar Articles

Comments

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here

Most Popular