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Nuevas Guías de la Organización Mundial de la Salud Hacen un Llamado a Cambiar Los Paradigmas Actuales de Políticas de Salud Mental

La guía le da enfasis a alejarnos de las prácticas y mentalidades institucionales, el enfoque biomédico y los fármacos psicotrópicos.

Por Leah Harris

Originalmente publicado en Mad in America.

El 25 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un documento de 44 páginas titulado Guía sobre Políticas de Salud Mental y Planes de Acción Estratégicos, que refleja el trabajo continuo de activistas de todo el mundo que han luchado por un cambio de paradigma en la salud mental. Esta publicación es la primera guía comprensiva que la OMS emite en 20 años, y pone los derechos humanos en el centro de su llamado a cambios fundamentales en las políticas de salud mental a nivel global.

En los últimos 20 años, el activismo de personas con diversidad funcional y de sobrevivientes psiquiátricos llevó a la adopción de la histórica Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) en las Naciones Unidas. La guía también reconoce que en la última década y media han surgido perspectivas nuevas que reflejan “un cambio de un enfoque primordialmente biomédico hacia enfoques más centrados en la persona, orientados a la recuperación, y fundamentados en los derechos humanos”.

La OMS lanzó su nueva guía el 25 de marzo, en un evento virtual que contó con funcionarios de la OMS, ministros de salud de distintos países, personas con experiencia vivida y otros expertos, muchos de los cuales reconocieron la brecha entre la visión reflejada en la nueva guía y las realidades que se viven día a día en muchas partes del mundo.

“Los sistemas de salud mental están obsoletos, subfinanciados y desalineados de las prácticas basadas en evidencia y de los estándares de derechos humanos,” dijo en su mensaje de apertura el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus“Como resultado, muchas personas sufren debido a la atención inadecuada, la exclusión y la falta de acceso al apoyo que necesitan.”

La guía destaca la discrepancia entre los compromisos públicos de muchos países para lograr sistemas de salud mental basados en derechos humanos y su incapacidad para implementar las reformas necesarias y redistribuir los recursos. Michelle Funk, jefa de la Unidad de Política, Derecho y Derechos Humanos de la OMS para Salud Mental y Uso de Sustancias, y coautora de la guía, le dijo a una audiencia en línea de más de 2,000 personas: “Hoy estamos en un momento crucial en nuestro camino hacia la transformación de los sistemas de salud mental a nivel global. Esto no es solo otro evento. Es un llamado a la acción.”

Un enfoque holístico de la reforma en salud mental, fundamentado en la justicia social

La guía de la OMS está organizada en cinco áreas de política pública que necesitan cambios urgentes: liderazgo y gobernanza, organización de los servicios, desarrollo de la fuerza laboral, intervenciones centradas en la persona, y abordaje de los determinantes sociales y estructurales de la salud mental. La guía incluye un menú de directrices de política en estas áreas que pueden ser adaptadas a contextos específicos, así como escenarios de casos por país y un directorio comprensivo de políticas y estrategias.

Uno de los temas centrales de la guía es la desinstitucionalización segura y planificada.
“Más que simplemente cerrar instituciones, la guía ofrece una hoja de ruta para la transición hacia sistemas de cuidado comunitario sólidos,” explicó Funk.

La OMS advierte que simplemente pasar a un sistema basado en la comunidad no es suficiente: “Los servicios comunitarios pequeños también pueden replicar estas violaciones, actuando como mini-instituciones,”afirma el documento. La guía enfatiza que los sistemas y servicios deben enfocarse en “eliminar de forma integral las mentalidades y prácticas institucionales.”

Otro enfoque importante es apoyar a los países para eliminar la coerción y el abuso mediante reformas sistémicas, así como garantizar la capacidad jurídica y el derecho a la toma de decisiones de las personas. “Esto no es solo aspiracional,” subrayó Funk. “La guía propone pasos concretos para eliminar prácticas coercitivas, tratamientos involuntarios y promover enfoques basados en derechos.”

Entre las estrategias propuestas se incluye el uso de incentivos financieros, como reembolsos de seguros, para implementar cuidados que eviten la coerción.

Funk también destacó el énfasis de la guía en la inclusión significativa de personas con experiencia vivida en los procesos de toma de decisiones y en la creación de políticas públicas, asegurando que “las reformas estén fundamentadas en necesidades reales del mundo.”

La guía ofrece recomendaciones para aumentar la representación y participación de las personas directamente impactadas, como establecer estándares colaborativos, crear incentivos financieros como compensaciones equitativas para personas con experiencia vivida, desarrollar oportunidades de crecimiento profesional y crear posiciones de liderazgo en capacitación e investigación.

Además, la nueva guía aboga por alejarse de la “histórica dependencia excesiva en el enfoque biomédico y en los fármacos psicotrópicos.” Ahmed Hankir, psiquiatra y experto por experiencia vivida, quien cofacilitó la discusión, señaló que la guía de la OMS no está “en contra” de la prescripción de medicamentos psiquiátricos como tal. “Lo que criticamos es la prescripción de medicamentos psiquiátricos potentes cuando no es necesario, por más tiempo del necesario, y en dosis más altas de lo necesario,” dijo, reflexionando sobre su propia “terrible experiencia” con el síndrome metabólico.

“Nuestro umbral para prescribir medicamentos psiquiátricos no debería ser tan bajo,” afirmó.
“Hay mucho que podemos hacer antes de sacar la receta.”

La guía también enfatiza la colaboración entre sectores para abordar los determinantes sociales de la salud: “Al abordar determinantes sociales y estructurales más amplios —como la pobreza, la inseguridad de vivienda, el desempleo y la discriminación— y al enfatizar la colaboración multisectorial, la guía promueve un enfoque holístico para la reforma de la salud mental, avanzando en la equidad y la justicia social.”

Cada sección incluye consideraciones específicas para distintos grupos, incluyendo “niñez y adolescencia, personas adultas mayores, mujeres, hombres y personas de género diverso, comunidad LGBTQI+, personas con diversidad funcional, migrantes y refugiades, personas de grupos racializados y étnicos minoritarios, Pueblos Indígenas, y personas sin hogar o con vivienda inestable,” señalando que “debido a características únicas, circunstancias de vida o necesidades no satisfechas, estos grupos pueden requerir apoyos y atención específica más allá de lo que necesita la población general.”

Metas ambiciosas enfrentan realidades sombrías a nivel global

Jarrod Clyne, subdirector ejecutivo de la International Disability Alliance y quien se identifica como una persona con experiencia vivida, comenzó su intervención en el lanzamiento de la guía de la OMS describiendo sus tres meses de confinamiento involuntario en una unidad cerrada hace 25 años: “Fui restringido tanto física como químicamente… Lo que me pasó entonces era, y sigue siendo, una práctica común. Esa experiencia me dejó algo claro: las prácticas coercitivas en salud mental no solo fallan en apoyar la recuperación. Causan daño duradero.”

Clyne compartió que se “emocionó hasta las lágrimas” al leer la nueva guía de la OMS.
“Refleja 20 años de evolución en los estándares de derechos humanos y de política pública, en la evidencia, y en la comprensión de la diversidad humana,” dijo, calificándola como “el comienzo de una reparación moral, de servicios transformados y de un futuro mejor.”

También destacó el trabajo de la World Network of Users and Survivors of Psychiatry (WNUSP), subrayando la importancia que la guía otorga a la participación significativa de personas con discapacidades psicosociales: “Hacerlo nos ayuda a evitar repetir los errores del pasado.”

La guía de política pública de la OMS reiteró su meta global ambiciosa: lograr que para 2030 el 80% de los países estén alineados con los estándares internacionales de derechos humanos.

Sin embargo, es casi seguro que Estados Unidos no estará entre ellos. En enero, el expresidente Trump firmó una orden ejecutiva retirando a Estados Unidos de la OMS y eliminando su financiamiento a la organización. Como el principal donante de la OMS, esta retirada probablemente causará una enorme presión sobre la comunidad global” y consecuencias sanitarias significativas para Estados Unidos,” según expertos en salud pública.

Las violaciones de derechos humanos en las prácticas de salud mental en Estados Unidos se remontan a varias administraciones pasadas, pero las políticas de la administración de Trump presagiaban especialmente mal para los cambios que la OMS visualiza. Desde su compromiso expreso de enviar a personas sin hogar“instituciones mentales donde pertenecen”, hasta el cierre de la Administration for Community Living y los recortes del HHS que eliminaron programas dirigidos por pares, la era de la reinstitucionalización ya está en marcha.

“Actualmente estamos enfrentando un aumento en las prácticas coercitivas contra personas diagnosticadas con psicosis, especialmente aquellas que no tienen hogar,” escribió Leah Giorgini, directora ejecutiva del capítulo estadounidense de la International Society for Psychosocial and Social Approaches to Psychosis (ISPS-US), en el chat del evento de la OMS.
“Cada vez más políticas están dirigidas a forzar tratamientos involuntarios, en lugar de abordar la falta de redes de apoyo y bienestar social. En ISPS-US apoyamos firmemente el llamado de esta guía hacia un tratamiento basado en derechos y un enfoque en los determinantes sociales.”

Respuestas a la Guía de la OMS

El evento de lanzamiento concluyó con una discusión interactiva alimentada por las preguntas y comentarios del público, que incluía personas de todo el mundo compartiendo sobre sus investigaciones, programas, preocupaciones y prioridades para el futuro de la salud mental global.

Uno de los primeros temas discutidos, facilitado por Hankir, fue el rol de la psiquiatría en las violaciones de derechos humanos. “Se necesita más rendición de cuentas. Y debemos disculparnos sin reservas,” dijo, refiriéndose a la disculpa emitida en 2021 por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) por su apoyo histórico al racismo estructural en los servicios psiquiátricos.

Algunos participantes también expresaron incomodidad por la inclusión del concepto de “estigma” y la promoción de campañas anti-estigma, las cuales han sido criticadas durante mucho tiempo por, en ocasiones, aumentar el estigma en vez de reducirlo y por la falta de evidencia sólida que respalde su efectividad. Hankir estuvo de acuerdo y agregó: “Yo incluso diría que ‘discriminación’ es un eufemismo. Creo que las personas están siendo brutalizadas y deshumanizadas.”

Varios participantes, como Archie Lawrence Geneta, psicólogo y profesor de la Universidad de Filipinas en Manila, expresaron su aprecio por el giro de la OMS hacia los determinantes sociales y la justicia social. “En Filipinas, donde aún prevalecen la pobreza, la discriminación y los abusos de todo tipo, ya era hora de tener una política y un plan de acción más dedicados para abordar los efectos en la salud mental y las interseccionalidades asociadas,” escribió Geneta.

Otros participantes abogaron por que la OMS centrara enfoques de salud mental culturalmente arraigados y descolonizados, así como por la inclusión significativa de perspectivas de usuarios de servicios históricamente marginados. “Tenemos que considerar la cultura… y su conexión con la salud mental,” escribió Sara Amhaz, especialista en salud mental y protección infantil. “Una gran parte de descolonizar la salud mental y el apoyo psicosocial está relacionada con considerar los enfoques locales, culturales y tradicionales de apoyo,” señaló, reconociendo la percepción persistente de que estos servicios siguen usando enfoques occidentalizados.

Olivia Shaw-Lovell, defensora de la igualdad de género y consultora en salud global, quien lidera Men and Women of Destiny (una ONG en Jamaica y Trinidad y Tobago que apoya a sobrevivientes de abuso), compartió su investigación enfocada en descolonizar la salud mental global para mujeres afrocaribeñas sobrevivientes de violencia de género. “Espero que esta política esté profundamente informada por las narrativas y experiencias vividas de quienes accederán a estos servicios,” escribió Shaw-Lovell.

Finalmente, otras voces resaltaron preocupaciones sobre derechos humanos básicos en sus países. Jim E. Warne, miembro de la Nación Oglala Lakota (Sioux) y director de diversidad y participación comunitaria del Center for Disabilities Oyáte Circle en la Universidad de Dakota del Sur, apeló a la OMS y a la comunidad global: “Siempre hemos estado subfinanciados, y las tasas de discapacidad, mortalidad y salud siguen siendo las peores en Estados Unidos,” escribió. “¿Puede la OMS ayudar a nuestros Pueblos Indígenas, quienes a menudo son olvidados o ignorados en los Estados Unidos? Mi reserva tiene la expectativa de vida más baja y el índice más alto de suicidio juvenil. Necesitamos ayuda de países que valoren a los Pueblos Indígenas.”

Una pregunta de la audiencia puso en perspectiva el contraste entre la visión de la nueva guía y las duras realidades globales de guerra y desigualdad: “¿Cómo podemos implementar políticas de salud mental y planes estratégicos en países como Sudán, donde ni siquiera se respetan los derechos humanos básicos?”

Un llamado a la solidaridad global

Belén González, comisionada de salud mental de España, habló con franqueza durante el evento global de lanzamiento: “Ahora mismo, cuando se vuelve cada vez más difícil defender la autonomía, los derechos humanos, la igualdad y la equidad, y cuando algunas fuerzas intentan deshacer todo por lo que tanto hemos luchado, tener un documento sólido y claro como este es más importante que nunca.”

“En nuestro campo, los derechos deben ser lo primero,” añadió. “La evidencia por sí sola no puede proteger a las personas de la coerción ni de las malas prácticas. Yo veo esta guía no solo como una herramienta, sino como una brújula moral. Nos ayudará a defender los cambios que realmente importan.”

Esta esperanzadora guía de la OMS surge en un momento de policrisis, es decir, múltiples calamidades globales entrelazadas que difícilmente se resolverán únicamente a nivel estatal. Activistas advierten que defender los derechos humanos —hoy bajo ataque en Estados Unidos y en tantas partes del mundo— también requerirá organización comunitaria, solidaridad global y ayuda mutua.

La activista de derechos humanos Myra Kovary, quien participó en las negociaciones del texto de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD), escribió:
“Saludos desde Estados Unidos, donde la psiquiatría forzada está en aumento. Tras 45 años de activismo para detener estas abominaciones de derechos humanos, me anima esta nueva y muy esperada guía de la OMS sobre política de salud mental. La implementación de los derechos humanos en el desarrollo de cualquier política de salud mental requerirá vigilancia constante y participación activa de quienes tenemos experiencia vivida. Gracias a todes quienes hicieron posible este avance significativo, especialmente a las personas con experiencia vivida que han estado alzando su voz contra las violaciones de derechos humanos en el llamado ‘tratamiento’ de salud mental por décadas. ¡Nada sobre nosotres sin nosotres!”

Aunque la guía reconoce las valiosas contribuciones de las personas con experiencia vivida en el avance de los derechos humanos internacionales en salud mental, por mucho tiempo estos movimientos han permanecido aislados unos de otros. En sus palabras de cierre, Michael Njenga, miembro del consejo ejecutivo del African Disability Forum y experto por experiencia vivida de Kenia que contribuyó significativamente al desarrollo de la CRPD, destacó la importancia de construir alianzas entre movimientos: “Seguimos hablando solo entre nosotros… Es importante pensar en cómo construir coaliciones con otros movimientos.”

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