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Puerto Rico

Cuerpos Que Paren, Cuerpos Que Deciden: Lecciones De Matrescencia En Parto

Por Keila Castro, PhD

La película puertorriqueña de Teatro Breve “Parto” narra la historia de Pilar, una mujer embarazada que decide reunir a sus amigas de la infancia para que sean sus doulas en su parto en el hogar. A través de este proceso, se retratan muchas vivencias y experiencias de las mujeres puertorriqueñas, con el toque de la comedia y la exageración que nos hace identificarnos y reír.

La película combina momentos de humor con situaciones de alta intensidad emocional, mostrando diferentes perspectivas sobre la matrescencia (def. el proceso de convertirse en madre) y la maternidad. Cada personaje está desarrollado con profundidad, revelando sus miedos, alegrías y conflictos internos. Las escenas del parto en el hogar están representadas con gran realismo, comparadas con las representaciones típicas que vemos en televisión.

Pilar, la protagonista, es una mujer fuerte y decidida que opta por un parto en casa, reflejando su deseo de control sobre su cuerpo y su experiencia de parto. Esta decisión genera críticas y juicios por parte de sus amigas, especialmente Ana, quien ve el parto como una emergencia médica y siempre está preparada para ejecutar su plan B.

Podemos observar comentarios negativos sobre el parto en el hogar no sólo por parte de Ana, sino también del ginecólogo que la atiende, quien reacciona escandalizado cuando Ana le pregunta sobre el tema. Además, está la visión opuesta, expresada por una mujer durante el blessing de Pilar, quien afirma que “el hospital es para enfermos” y que “el parto no es una enfermedad”.

Estas visiones encontradas sobre el parto reflejan la perspectiva actual en Puerto Rico sobre la maternidad. Por un lado, está la visión médica que se centra en el control del proceso por los profesionales de la salud, el monitoreo continuo incluso en embarazos y partos de bajo riesgo, la estandarización del parto y la reducción de riesgos, sin considerar las particularidades. Este enfoque fomenta el miedo y una excesiva dependencia externa, desconectando a la persona parturienta de su cuerpo y proceso de parto. Por otro lado, la visión del modelo de partería se enfoca en el consentimiento informado, acompañando el proceso sin buscar controlarlo, entendiendo que cada proceso es único y priorizando la autonomía y la sabiduría del cuerpo de la parturienta.

Es interesante cómo estas dos visiones chocan durante el desarrollo de la trama de la película, especialmente durante el proceso de parto de Pilar. Las decisiones se ven influenciadas por el miedo versus el soltar el control y confiar.

Un ejemplo claro en la película ocurre cuando Pilar, en medio de contracciones intensas, se enfrenta a la insistencia de Ana de transferirla a un hospital en un momento dado. Ana, con su formación médica, ve esto como una emergencia, mientras que la partera y las otras amigas de Pilar la animan a confiar en su cuerpo y continuar en casa. Este conflicto refleja la tensión entre el control médico y la autonomía de la parturienta.

Cuando miramos qué dice la ciencia al respecto, podemos encontrar las seis prácticas de parto saludables según Lamaze:

  • Dejar que el parto comience por sí solo.
  • Caminar, moverse y cambiar de posición durante el parto.
  • Estar acompañado/a de un ser querido, familiar o doula para recibir apoyo.
  • Evitar intervenciones que no sean médicamente necesarias.
  • Evitar parir boca arriba y seguir los impulsos del cuerpo para pujar.
  • Mantener a la madre y al bebé juntos.

En la película, vemos a Pilar caminando y cambiando de posición en su hogar, apoyada por sus amigas y su doula, lo que ilustra estas prácticas de Lamaze. En contraste, la atención perinatal actual en Puerto Rico a menudo se enfoca en la monitorización continua y la intervención temprana, incluso en casos de embarazos de bajo riesgo. Esta tendencia puede llevar a partos más medicalizados, con las consecuencias que esto conlleva.

La importancia de estas prácticas de parto saludables mencionadas y su impacto en la salud mental de la madre también se refleja en estudios recientes. Un estudio realizado con mujeres de Rusia, con el objetivo de examinar factores de riesgo para estrés postraumático posparto, tales como: modo de parto, violencia obstétrica e intervenciones médicas durante el parto, encontró que los síntomas de trauma posparto eran más altos entre mujeres que tuvieron parto por cesárea, intervenciones médicas y mujeres que experimentaron violencia obstétrica. Mientras más intervenciones y violencia obstétrica, mayores los síntomas de estrés postraumático posparto. No obstante, el estudio también señala que la disponibilidad de apoyo continuo individual podría ayudar a mitigar este impacto.

Además de los estudios sobre las prácticas de parto saludables y el apoyo continuo durante el parto y su impacto en la salud mental de la madre, también se han investigado los factores de riesgo para el desarrollo de estrés postraumático posparto. Un metaanálisis que busca sintetizar las investigaciones sobre vulnerabilidad y factores de riesgo para estrés postraumático relacionados al parto, encontró que el tener experiencias de parto negativas, parto vaginal asistido o cesárea, y la falta de apoyo fueron factores de riesgo asociados con el desarrollo de trastorno por estrés postraumático posparto.

En la película, vemos que Pilar recibe un apoyo continuo y personalizado durante su proceso, lo que contrasta con las experiencias médicas negativas presentadas. Esta representación resalta la importancia del apoyo emocional y físico en el parto, y cómo esto puede influir en la experiencia y bienestar de la madre. Además, muestra que una forma de parto humanizado y empoderador es posible, lo cual es muy importante.

En la parte final de la película, se observan estos factores de apoyo emocional y físico, contacto con su cuerpo y sus necesidades y respeto al proceso en acción. Esto se traduce en Pilar tomando una decisión: Se aleja del tumulto de la casa de parto y busca paz en el monte. A pesar del miedo que la invade, encuentra fuerzas en las palabras de su amiga María, quien le habla sobre la maternidad y el amor a su bebé con honestidad y vulnerabilidad. Estas palabras llegaron en un momento muy necesario para Pilar, permitiéndole dejar atrás sus temores y encontrar la fuerza necesaria para parir como siempre había deseado, con la compañía de sus amigas.

La experiencia de Pilar no solo subraya la importancia del apoyo emocional y físico durante el parto, sino que también refleja un modelo de parto humanizado que permite a las personas gestantes conectar con su fuerza interior, las habilidades de su cuerpo y sus necesidades. En contraste con el abordaje medicalizado que prevalece en muchos contextos, la historia de Pilar nos invita a reconsiderar y valorar la sabiduría y las prácticas ancestrales, así como a garantizar un entorno seguro y respetuoso para todas las personas en proceso de parto.

Este relato resalta cómo el apoyo continuo, la libertad de movimiento y la capacidad de tomar decisiones informadas pueden transformar significativamente la experiencia del parto. Nos recuerda la importancia de crear espacios donde las personas gestantes se sientan empoderadas y acompañadas, capaces de vivir este momento trascendental del parto y la matrescencia con dignidad y respeto. Al final, la experiencia de Pilar nos inspira a buscar formas de mejorar la atención perinatal, priorizando siempre el bienestar físico, emocional y mental de las madres y sus bebés.

Como en la película, existen recuentos de la vida real de como el parto y el embarazo tratados con dignidad, apoyo y consentimiento informado es conducente a sanación. El enfoque industrial y puramente biomédico en el proceso de alumbrar o parir tiene efectos detrimentales para las personas gestantes, sus bebés y sus familias, aumentando el riesgo de angustia emocional antes, durante y después de parir. Estos efectos, son aun más marcados para las personas minorizadas debido al racismo estructural, estatus socioeconómico y también por experiencias de violencia de género. Además, la falta de apoyo que hay para las personas post parto no ayuda a prevenir o reducir estos riesgos

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